El interior ha sido completamente rediseñado pensando en el conductor, o más bien piloto. La fibra de carbono es el material que reina en el habitáculo del coche y se ha modificado por completo la consola central, orientándola hacia el conductor e instalando una pequeña botonería. Los asientos han sido sustituidos por unos de competición con cinturones de seguridad de 6 puntos.
El Ferrari FXX K mantiene el mismo motor V12 de 6.2 litros del LaFerrari con una potencia de 960 CV, 60 más que en LaFerrari. Este motor de combustión está unido al motor eléctrico HY-KERS que produce 190 CV de potencia, 11 más que en LaFerrari. Así que si ambos motores funcionan de forma conjunta, hablamos de un coche propulsado por nada menos que 1.050 CV y 900 Nm de par motor.
El motor de combustión ha sido mejorado gracias a la introducción de un nuevo árbol de levas y unas válvulas que son movidas por un sistema mecánico en lugar de por un sistema hidráulico. Los colectores de admisión también han sido revisados y los escapes han perdido los silencioadores.