“La gente tiende a pensar en la excitación solamente como una cuestión relacionada con lo que les excita, pero los inhibidores sexuales son tan relevantes como los propios factores de excitación”, comenta Berliet.
Está claro que tenemos mucho que aprender sobre nuestras propias fantasías sexuales, conocer lo que nos excita nos ayudará a disfrutar mucho más del sexo y a respetarnos a nosotros mismos.
¿Somos sinceros con nuestros impulsos sexuales?
Tras conocer los resultados de la prueba y sorprenderse con sus fantasías inconscientes, Berliet declaró que quizás no reconocerlos pueda deberse a “sensaciones de culpa y vergüenza”.
Aún existen múltiples presiones sociales que pueden bloquear nuestra capacidad para descifrar nuestros deseos sexuales reales. Desde luego, la sonda es todo un invento para destapar todas esas fantasías escondidas, reconocer y aceptarlas.
La investigación por ahora sólo se ha llevado a cabo con mujeres por lo que se desconoce si en el caso de los hombres los deseos sexuales pueden resultar igualmente contradictorios con los que racionalmente reconozcan. ¿Será cierta la creencia popular de que ellos hablan de sexo con más naturalidad y sinceridad que ellas? Habrá que verlo.