Pueden estar atormentados por conflictos emocionales en su infancia. Suelen tener una idea equivocada del amor: cuando no experimentan la pasión del principio, han de buscarla en otro lugar y pueden sentir que su vida, en los demás aspectos, es aburrida. En algunas ocasiones, puede que quieran acabar con la relación que tienen y no se atrevan a hacerlo, por lo que buscan una escapatoria para no afrontar el problema.
En cuanto a ellas, la psicóloga alemana Gisela Runte entrevistó a mujeres de entre 28 y 56 años para llegar a discernir el móvil del engaño. Una de las razones principales es la insatisfacción sexual y sentir que no despiertan el deseo de su pareja. La infidelidad también es usada como un castigo por algún comportamiento del hombre que no es el deseado (desde que no se implique en las tareas del hogar hasta que no se tome en serio sus problemas).
Los viajes, según descubrió la investigadora, son también un momento en que las mujeres se sienten más liberadas y más tentadas. Al igual que los hombres, también pueden desear el fin de la relación y no encuentran la forma de darle carpetazo. Y en concordancia con el sexo opuesto, el miedo al compromiso puede ser otra razón de peso.