Los argumentos de esta comunidad para situarse entre las más bellas de la Península, sobran; entre ellos, ser la única que cuenta con una playa de agua dulce con bandera azul desde 2010. No es de extrañar en una región que cuenta con 1.500 kilómetros de playa de agua dulce.
La playa de Orellana (Badajoz), destinataria de esta importante distinción, tiene el honor de poder otorgar al visitante una playa con olas y aguas cristalinas, una amplia variedad de deportes acuáticos, y espacios de máximo relax, en una región donde todos los visitantes interpretan y respetan el lenguaje que quiere hablar la naturaleza. Las infraestructuras son del nivel de las playas mediterráneas.
La generosa geografía española ha premiado a Extremadura con el cauce de tres de los principales ríos del país: el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir. Son sus afluentes los que han decidido bordear y bañar los márgenes de la mayoría de pueblos y comarcas extremeñas, configurando paisajes dignos de las más profundas inspiraciones.