Igualmente advierte que no se puede conseguir ese efecto con cualquier tipo de relación sexual. Solo el ‘ritmo’ es capaz de llevarnos a ese nivel, por lo que la sincronización es fundamental para que la señal se propague por el cerebro: “Las neuronas se alteran si son estimuladas múltiples veces dentro de un corto periodo de tiempo.”
Así que, para llegar al deseado clímax, hace falta mucho más que un polvo rápido. Es importante persistir y ser constante durante la relación a la hora de estimular las zonas erógenas para entrar en ese estado de trance y alcanzar el éxtasis.
via: Cultura Inquieta