Cuidado: machacarte cada día en el gimnasio podría cargarse tu vida sexual

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“Echo en falta otros análisis que ayuden a entender la situación física de los deportistas en toda su magnitud”, comenta Romero-Otero. Reflexiona sobre el perfil de los hombres físicamente activos, asegurando que “las personas que quieren tener un mayor rendimiento, en ocasiones recurren a sustancias dopantes exógenas, y ellas sí que inciden directamente en la pulsión sexual”. Estos productos inhiben el eje fisiológico que regula la secreción de testosterona y, por eso, “cuando una persona consume una sustancia dopante, logra incrementar su masa muscular, pero puede llegar a tener problemas de fertilidad a veces irreversibles”, confirma el doctor.

Lo que está claro es que “cuanto más en forma se está, mejor vida sexual se tiene. Los extremos siempre son negativos, y esas personas obsesionadas con el deporte verán alterada su libido, aunque les sucedería lo mismo si se obcecaran con su trabajo, por ejemplo”, matiza Romero-Otero. Porque todo en exceso es malo. Por eso, el equipo de expertos americanos ha asumido el compromiso de elaborar nuevos experimentos que complementen sus conclusiones, tratando de no establecer como ley inamovible esta relación entre el ejercicio intenso y la falta de apetito sexual.

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