Rozaduras y ampollas: por qué se producen y cómo evitarlas

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No todo es maravilloso a la hora de hacer running. Sí, practicar deporte nos sentará genial, mejoraremos nuestra forma física y superaremos nuestras pequeñas metas, pero eso no significa que sea un camino de rosas. Tendremos que lidiar con el cansancio, las agujetas, quizá con alguna molestia o lesión, la fatiga tras los duros entrenamientos y también con unas invitadas sorpresa que nos harán una visita cuando menos lo esperemos: las rozaduras y ampollas.

Las rozaduras y ampollas siempre son muy molestas y pueden darse en distintas partes del cuerpo, aunque por lo general solemos asociarlas a los pies. A continuación, os hablaremos de por qué aparecen y cómo podemos prevenir las ampollas y rozaduras, con consejos sencillos, así como trucos y pasos para tratarlas cuando ya han hecho su aparición y las estamos sufriendo.

Por qué se producen las rozaduras y ampollas

Una rozadura se produce cuando en una zona del cuerpo la piel se irrita y, por tanto, se produce una herida. Si el roce de la zona continúa, lo habitual es que se forme una ampolla, es decir, que se inflame y llene de líquido, un mecanismo de defensa del cuerpo para proteger la piel y acelerar la recuperación.

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