Los “listillos” de los que hablábamos antes, utilizan códigos paralelos a los de esta sintonía, códigos que tienen un rédito importante a corto plazo, pero que son condenatorios socialmente y empresarialmente a medio y largo plazo.
Los sonados escándalos de la crónica política que tuvieron lugar en la década de los setenta en Estados Unidos, tal es el caso Watergate y Lockheed, entre otros, han sido el impulso de un replanteo integral sobre las aplicaciones de la ética a nivel político, social y empresarial.
Desde el énfasis puesto a esta asignatura en las organizaciones en la década de los 80, la ética en las empresas dio paso a la actualmente conocida Responsabilidad Social Corporativa. La Responsabilidad Social Corporativa pasó a ser la forma en que las compañías conducen sus negocios teniendo en cuenta el impacto de éstos en sus clientes, empleados, accionistas, medioambiente y sociedad en general.
En este sentido, la Responsabilidad Social Corporativa implica que dicha conducción se produzca por el camino del cumplimiento de la legislación en el ámbito laboral, social, medioambiental y de Derechos Humanos.