5. Tener en cuenta el efecto Coolidge
La variación como acicate del placer es la raíz del ‘ efecto Coolidge‘, que viene a referir que, ante la aparición de alguien nuevo en escena, el interés sexual se renueva. No se trata de incitar a la infidelidad ni a la poligamia, sino de buscar trucos para contrarrestar rutina sexual, que como consecuencia de este mismo efecto se sabe que adormece el apetito sexual.
Así que, dentro de la pareja, se pueden buscar alternativas que mantengan la tensión y excitación necesaria para alcanzar orgasmos óptimos. Se pueden, por ejemplo, buscar nuevas posturas que aproximen más el pene a la zona clitoridiana y a la vez generen nuevas sensaciones. No es lo mismo hacer la cucharita, abrazando todo el cuerpo de la mujer desde atrás, que el misionero.
También se pueden buscar situaciones y ambientes nuevos, así como lugares diferentes, o inusuales con nuestra pareja, que propicien la sensación de novedad y alimenten el ‘efecto Coolidge’ como si estuviéramos con un nuevo individuo desconocido. Es recomendable también salir del entorno habitual unos días para desconectarse de los hábitos y presiones cotidianas, de modo que las relaciones sexuales estén menos condicionadas.