El análisis sitúa a la reducción de sensación de dolor producida por las agujetas tras estirar antes y/o después de entrenar en 4 puntos sobre 100. Este análisis supone que tiene un efecto nulo a la hora de reducir las agujetas, ya que solo una suposición de 6 puntos sobre 100 supondría un leve efecto positivo.
Así mismo, estos estudios se producen en situaciones ideales de laboratorio. Es de suponer que en cualquier otro caso (donde no hay una supervisión para un resultado óptimo) los efectos serán aun menores.
¿De dónde viene la idea de que estirar reduce las agujetas?
Es muy posible que esta idea provenga de la falsa creencia que predominaba durante los años 60 y 70 sobre cómo se producía el dolor muscular. Por aquel entonces, se pensaba que el dolor muscular era producido por espasmos musculares (de Vries 1961) aunque esta idea fue rechazada posteriormente (Bobbert 1986).
Entonces… ¿debemos estirar?
Tras la lectura de este artículo quizás te puedan surgir ciertas ideas falsas en tu mente, ya que mucha gente asocia estiramientos a calentamiento cuando, sin embargo, no son lo mismo. En estos estudios se ha demostrado que los estiramientos estáticos no reducen las agujetas, lo cual no implica que otro tipo de estiramientos no tenga efectos positivos.