Para ser totalmente objetivo te aconsejamos que cuantifiques tus datos corporales –peso, porcentaje de grasa, músculo… Sólo así te ceñirás a valores reales y serás capaz de validar el estancamiento.
No siempre nos levantamos con el mismo pie, ni somos igual de críticos y justos a la hora de juzgarnos delante del espejo. Llevar un control de peso bajo lo supervisión de un profesional te ayudará a salir de dudas.
Con una analítica sanguínea puedes observar tus valores de ferritina y hemoglobina para descartar una posible anemia que esté afectando a tu rendimiento. O al revés, que el exceso de entrenamiento se vea reflejado con una deficiencia de las reservas de hierro.
Cuida tu alimentación, practica el deporte con ganas y disfruta de tu descanso merecido. Así alcanzarás una actitud positiva y un cuerpo en forma.