Por este motivo, con el fin de mantener el consumo, cada vez se va más lejos a pescar y a más profundidad. Además del impacto ecológico, esto afecta gravemente a los países más desfavorecidos, en cuyas aguas se va a extraer el pescado que nos falta aquí.
La solución no es fácil, aunque es posible: establecer y cumplir unos límites de pesca sostenibles e implementar unos planes de gestión adecuados.