Como sabrás, al usar el foam roller puedes controlar cuánto peso corporal aplicarás a ciertas áreas musculares. Ahora bien, al momento de usarlo, lo ideal es encontrar un músculo apretado y, una vez allí, hacer la presión suficiente hasta que el dolor se reduzca o desaparezca completamente. De esta manera puedes tardar hasta 20 o 30 segundos al usar el foam roller en una zona muscular o en un músculo específico. Sin embargo, algunas personas no tienen esto en cuenta y cometen el error de evitar presionar en las áreas adoloridas.
De hecho, usar el foam roller demasiado rápido puede provocar que envíes un mensaje erróneo al sistema nervioso indicando que el músculo se ha aliviado. No obstante, al pasar los minutos, volverás a sentir el dolor por no haberse recuperado correctamente el músculo.
2. Pensar que el foam roller no tiene ningún efecto
En ocasiones las personas pueden dedicar mucho tiempo a un área específica de su cuerpo sin sentir resultado alguno, perdiendo progresivamente la tolerancia al uso del foam roller. Ahora bien, si este es tu caso, comienza a probar segmentando diferentes áreas musculares del cuerpo, hasta el punto en que puedas construir tu propio programa de recuperación con el rodillo de esupuma.