A este tipo de hombres y mujeres se les ve a la legua.
Si nunca te has comido un rabo no actúes como si fueras la mismísima Jenna Jameson pues te van a cazar.
Recuerda que te ha elegido a ti por tu personalidad y es eso lo que espera en la cama.
3. Olvidarse de uno mismo
En la vida siempre abogo por pecar un pelín de egoísta.
No debemos pasarnos de la ralla y esperar que la otra persona dedique todo el polvo al placer de la pareja pero sí reconducir situaciones.
Hay quienes lo dan todo en la cama por la otra persona, olvidándose de su placer. El disfrute a la par es otro de los elementos claves para que la situación se vuelva mágica.
4. Acceder a deseos sexuales del otro por miedo a su reacción
De los creadores de «el miedo al qué dirán», llega «el miedo a qué pensará».