Pequeños gestos cotidianos como subir las escaleras en vez de tomar el ascensor, ir a hacer la compra andando en vez de llevar el coche, dedicar más tiempo a hacer ejercicio físico en vez de quedarse sentado delante del televisor o el ordenador, determinan que nuestra vida sea más o menos sedentaria.
Ser sedentario o ser activo, es casi más una actitud frente a la vida, una actitud en contra o en pro de la acción. Si tienes en cuenta esto y muestras una actitud en pro de la actividad, aplicándola en todos los aspectos de tu vida, progresivamente, de forma normal y sin esfuerzo podrás ir teniendo una vida menos sedentaria y más saludable.