La vida sexual, las demostraciones de autoridad, los rumores, los vicios, la solidaridad… El primatólogo Pablo Herreros destapa en su libro Yo, mono el asombroso parecido que todavía conservamos entre los humanos y el resto de primates. No en vano, compartimos con los monos hasta un 98% de nuestro ADN. Nos habla de ello uno de los discípulos aventajados de Eduard Punset.
[pullquote]Hemos descubierto que nacemos con un impulso altruista; aunque después puede ser modificado por la cultura[/pullquote]Han pasado millones de años desde que bajamos del árbol. ¿Aún nos parecemos tanto a los simios?
Aunque han pasado siete millones de años desde que nos separamos del resto de los grandes simios, y puede parecernos mucho, en realidad no es tanto porque el origen de la vida lo situamos aproximadamente en unos 4.500 millones de años. Esto quiere decir que hemos tenido unos 4.493 millones de años de historia evolutiva compartida. Esos siete millones de años restantes son sólo un suspiro en términos evolutivos, así que es de esperar muchas similitudes. Por supuesto que hay diferencias. Es evidente que no somos idénticos; pero como tampoco los chimpancés son idénticos a los bonobos o los gorilas.