Un día me di cuenta que estaba gastando mis horas en algo que no aportaba nada a mi desarrollo personal ni a las cuestiones sociales que me preocupan y decidí buscar algo mejor. Así empecé a buscar alternativas para ganar dinero.
La prostitución salió como algo natural en cuanto empecé a preguntarme qué me apetecía hacer y con qué condiciones. Siempre he sido una chica muy sexual y abierta sobre ello, me daba morbo la idea de tener ese nivel de intimidad con desconocidos. Al principio tenía muchísimas dudas y miedos, pero realmente era un trabajo que me parecía apasionante.
Y esa inseguridad acompañada del miedo del principio, ¿cómo se arregla? Haces filtro para evitar problemas…
¿Por qué pensamos que las putas nos enfrentamos a problemas? Creo que mis inseguridades salían de creerme esta idea de que la mujer es débil y el hombre es malo.
Me habían contado tanto esa historia de que tengo que ir con cuidado que me la creí. Dudé de mi misma, de si iba a ser capaz de controlar la situación.