De estos tres músculos, el menor es el que tiene menos potencia.
Debido a su naturaleza, tienen a inhibirse con facilidad, por lo que las actividades cotidianas como caminar, correr o nuestras actividades habituales del día a día, no suponen un estímulo suficiente para mantenerlos activos.
Esforzándonos un poquito más, podemos mantener nuestros glúteos firmes, estaremos dando una gran estabilidad al resto de estructuras óseas.
Beneficios:
- Mejora de la postura por un incremento de la estabilidad de la columna.
- Reducción del dolor de rodillas y espalda.
- Mayor rendimiento deportivo, al ganar potencia en la musculatura glútea.
- Evita el síndrome del cruzado inferior, desgarres musculares, ciatalgias, etc.
¿Cómo?
Pequeños gestos diarios pueden servirnos para ir activando poco a poco la zona glútea. Elimina el ascensor de tu vida y sube las escaleras de dos en dos, siempre con una buena postura. También estarás trabajando tu sistema cardiovascular al subir tus pulsaciones.