Los abdominales son una de las partes del cuerpo que más nos suele traer de cabeza. En esta ocasión nos queremos detener en este apartado para tratar algunos temas que se nos suelen presentar con estos músculos abdominales y así conseguir disipar algunas dudas al respecto.
En lo que se refiere a los oblicuos existen muchas creencias al respecto, pues para muchas personas esta parte de la pared abdominal no requiere un entrenamiento especial. Es cierto que cuando trabajamos una parte de la pared abdominal, indirectamente estamos incidiendo en el resto, pero aun así nosotros en esta ocasión queremos destacar algunos puntos a tener en cuenta sobre los oblicuos para saber qué y cómo debemos trabajarlos en función de lo que queramos conseguir.
Cómo y dónde se sitúan los oblicuos
En primer lugar es necesario que sepamos la colocación de los músculos oblicuos dentro de la pared abdominal. Su sitio está a los lados del tronco, concretamente se colocan a la altura de la cintura y son dos por cada lado. Uno de ellos se coloca de manera más superficial y otro más profundo. La misión de ambos es hacer girar la cintura y encogerla de un lado al otro. Pero los oblicuos tienen una serie de connotaciones especiales que debemos tener en cuenta a la hora de trabajarlos.
Qué sucede cuando entrenamos los oblicuos
Como ya sabemos, al trabajar un músculo conseguimos que éste hipertrofie y aumente el volumen. Esto sucede con los oblicuos, ya que cuando los entrenaremos lograremos que aumenten las fibras que los componen. Por este motivo la cintura tenderá a aumentar su volumen lateralmente. Esto es importante tenerlo en cuenta, pero a la vez conseguiremos mantener tonificada esta zona.