A largo plazo, esta capacidad provoca la enfermedad más incapacitante del siglo XXI: la depresión. Las experiencias pasadas y los miedos que provocaron dejan una huella emocional en tu cerebro que te hace estar a la defensiva y no olvidar las posibles consecuencias que acarrearon enamorarse, hablar en público, montar en un avión…
Sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de aprender a destruir los miedos, al igual que aprendimos a crearlos. En vez de dejarnos llevar por las preocupaciones, debemos aprender a ocuparnos de los peligros reales y no de los miedos que imaginamos.
Por ello es muy necesario el conocimiento. Existen pautas psicológicas comunes. Desde el proceso de enamoramiento hasta la carrera de una maratón, existen pensamientos y emociones habituales de cada experiencia concreta. Deberás conocerlas para anticiparte y saber cómo reaccionar ante las diferentes fases.
Con lo que respecta a la carrera de maratón podemos diferenciar seis fases:
- 1ª fase: EUFORIA. Transcurre desde los minutos antes del comienzo de la carrera hasta los primeros kilómetros. Aparecen pensamientos de alegría y felicidad como: “me encanta ésto”, “cuánta gente ha venido a vernos”, “cuando llegue a la meta voy a dar saltos de alegría”… En esta primera fase los sentimientos positivos afloran inhibiendo totalmente los negativos, y las falsas esperanzas hacen que vayas a un ritmo superior al habitual. Sé racional y consciente, no te dejes influenciar por lo que sientes o lo acabarás pagando kilómetros posteriores. Vete a tu ritmo y tranquilízate.
- 2ª fase: CHARLA. Desde el kilómetro 6 hasta el 15, aproximadamente. Te encuentras genial física y mentalmente. No te duele nada y te inundan pensamientos como “sólo quedan 30 kilómetros y no me duele nada”, “me encuentro bien, puedo ir más rápido”. Aprovechas para charlar con tus compañeros de carrera e inconscientemente puedes que aceleres el ritmo. Sé nuevamente consciente de la situación y tus capacidades y mantén el ritmo. Es normal que creas que puedes permitirte más, pero tiempo tendrás de acelerar el ritmo. Ahora sé racional e inteligente.
- 3ª fase: TRANSICIÓN. Es la fase más neutra y discurre desde el kilómetro 15 al 23 más o menos. Es la etapa ideal para el maratoniano. Estás totalmente concentrado en lo que haces, empiezas a notar el cansancio así que la alegría y euforia inicial van pasando. Llevan un ritmo regular y constante, y te sigues encontrando bien físicamente. ¡Debes seguir a ese nivel!
- 4ª fase: LATENTE. Desde el kilómetro 24 hasta el 32. ¡Aquí empieza la maratón! Hasta el momento te habías encontrado fuerte y poderoso física y psicológicamente, pero ahora es cuando empiezas a notar el peso de la carrera. Las piernas se te cansan y florecen pensamientos de agotamiento como: “quiero que acabe ya”. Sin embargo, lo peor está aún por llegar. Anticípate y entrena pensamientos positivos: “es normal que sienta este dolor”, “voy muchos kilómetros corriendo, forma parte de la competición”.
- 5ª fase. SUFRIMIENTO. Es la etapa más dura. Ya no cuentas los kilómetros que has hecho sino los que te quedan. Cada paso es un metro, y cada kilómetro 1.000 zancadas. Se te hace un infierno y ni el cuerpo ni la mente te responden. Crees no poder aguantar más y el agotamiento se abre paso en cada poro. Céntrate en cada kilómetro y no pienses en los que te quedan. Concéntrate en cada paso, en el momento presente y no te preocupes por lo mucho que te queda. Pisada a pisada te estás acercando.
- 6ª fase: EUFORIA. Pocos metros antes de la meta vuelve esa sonrisa a tu cara. Hace 2 minutos reflejabas totalmente lo contrario pero ahora ya está, por fin acabaste y el sentimiento de orgullo propio se entrelaza con la magia de supone haber acabado en pie esta carrera. ¡Lo conseguiste!