Para alimentar a tus músculos, en tu ensalada no puede faltar al menos un alimento de alto contenido en proteína. Un huevo cocido es perfecto por su proteína de alto valor biológico. Puedes, además, acompañarlo (o sustituirlo) por otros alimentos muy bajos grasas y que también son fuente importante de proteínas como por ejemplo: unas tiras de pechuga de pollo o pavo a la plancha y sin piel, unos tacos de atún (rico además en ácido Omega 3) o unos trozos de tofu (similar al queso pero derivado de la soja, muy digestivo y rebosante de proteínas).
Los vegetales de hoja verde también son una buena base para una nutritiva ensalada: lechuga, hoja de roble, canónigos, escarolas. Son el sustituto idóneo de las patatas o la pasta (una buena idea es hacer unos días ensaladas «verdes» y otros platos que también incluyan ingredientes ricos en hidratos).
Si quieres variar, prueba a añadir alguna fruta. Las más aconsejables son los frutos rojos como las fresas (calorías mínimas), cerezas o arándanos (ricos en vitaminas y con efecto antioxidante).