La electroestimulación está pensada para dar solución a problemas estéticos específicos y/o puntuales, pero hay que señalar que, en general, es un mal sustituto del ejercicio y, por supuesto, del entreno.
Hay que recordar que esta técnica no debe suplir a la necesaria actividad aeróbica, indispensable para «quemar grasas» y para mantener el buen estado general del organismo (sistema respiratorio y cardiovascular incluidos).
Electroestimulación facial
Aunque la mayoría de los tratamientos de belleza basados en la electroestimulación están pensados para trabajar distintas grupos musculares del cuerpo, esta avanzada tecnología también tiene importantes aplicaciones encaminadas a conseguir un rostro más joven, minimizando arrugas y descolgamiento facial.
Después una adecuada limpieza facial y tras aplicar algún producto específico que ayude a regenerar los tejidos, el rostro recibe las micro corrientes que genera el electroestimulador, siempre teniendo en cuenta las especiales características de la delicada piel de la cara. Tras varias semanas de tratamiento, una piel más tersa resulta evidente tras conseguir un mejor tono en los músculos de la cara.