Los electroestimuladores que existen en el mercado funcionan con programa determinados, enfocados a diferentes objetivos físicos, por lo que su uso resulta sencillo.
La frecuencia de los estímulos eléctricos emitidos por el electroestimulador se mide en Hz (ciclos por segundo) y en función de la frecuencia que apliquemos lograremos diferentes resultados.
Aplicaciones de la electroestimulación
En función de la intensidad que se aplique se trabajará un objetivo u otro. En otras ocasiones ya hemos hablado de los tipos de fibras musculares que existen. Pues bien, en el momento en el que nos sometemos a los impulsos de un electroestimulador estaremos trabajando tanto las fibras rápidas como las lentas pero siempre una en mayor medida que la otra, esto determinará qué objetivo trabajamos.
Podemos destacar por tanto, que cuánto más alta sea la frecuencia, mayores serán los siguientes aspectos:
- La fuerza desarrollada.
- La velocidad de contracción.
- La cantidad de trabajo.
- La potencia máxima.
- La fatiga muscular.
- La tetanización.
La intensidad nos va a determinar qué capacidad se trabajará, pero no es el parámetro único a tener en cuenta. Si queremos entrenar de forma efectiva y sin correr riesgo alguno debemos determinar cuántas repeticiones haremos de esa contracción que tendrá una frecuencia, un tiempo de contracción y uno de reposo concretos.
Tipos de electroestimuladores
Existen muchos tipos de electroestimuladores en el mercado, pero su eficacia y funcionamiento dependerán de la correcta utilización de los parámetros mostrados anteriormente. Actualmente se pueden encontrar electroestimuladores de alta calidad que producen contracciones muy potentes y cómodas, aunque hay que ir con cierto cuidado, ya que no son aparatos que hacen adelgazar por sí solos ni muchas de las cosas que nos promete cierto tipo de publicidad. (2).