Cuando estéis cerca, alargad los brazos llevando las manos hacia el otro y abrazaos de modo que las manos sientan la carne, los huesos y los músculos, con cuidado de no ejercer ningún tipo de presión.
Acurrucaos uno contra el pecho del otro, relajad y acercad vuestras caderas. Ampliad el contacto también a los muslos y la tripa. Mantened las rodillas flexionadas y relajad todo el cuerpo. Después de un par de minutos, observa la respiración de tu pareja y trata de sincronizar la tuya con la de ella. Cuidado, ¡es más complicado de lo que parece!
¿Cómo os sentís ahora? Compartid vuestras sensaciones. A medida que vayáis repitiendo este ejercicio, descubriréis la capacidad de romper vuestras barreras físicas. Y, probablemente, esta técnica se convertirá en parte de vuestra lista de preliminares favoritos.
2. Cubre la cama o el piso con toallas y pon un poco de música de fondo. Ahora masajead recíprocamente vuestros cuerpos con aceite. De pie, uno frente al otro, desliza tu cuerpo contra el de tu pareja con movimientos lentos y sinuosos, como los de una serpiente.