El Omega 3 contribuye al normal flujo del caudal sanguíneo, reduciendo la presencia de colesterol «malo» y evitando la formación de depósitos grasos y placas en las arterias. En consecuencia, el pescado azul es un magnífico aliado a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares.
Su alto contenido proteico y la presencia de Omega 3 hacen que sea un alimento especialmente recomendable para personas que realizan una actividad física intensa. Su consumo garantiza la proteína que requieren tus músculos y el cuidado que necesita tu corazón para trabajar sin sobreesfuerzo.
A todos estos beneficios hay que añadir que el pescado, en general, no aporta excesivas calorías (siempre que lo consumas hervido, a la plancha o asado) y que permite digestiones ligeras, por lo que es una opción a tener en cuenta a la hora de preparar tu dieta semanal.