El pavo tiene un aporte calórico muy bajo, por ello está perfectamente indicado para dietas de adelgazamiento. Su contenido en proteínas ayuda a reparar el gasto proteico que se produce cuando hay un trabajo muscular intenso, por lo que este alimento siempre suele estar presente en la dieta de los deportistas.
Al igual que ocurre con el pollo, la piel del pavo es grasa y tiene colesterol, por ello se recomienda no comerla, aunque en muchas ocasiones, cuando vamos a comprar este producto, lo encontramos ya directamente sin piel.
Existen muchas formas de preparar el pavo. Debido a que su carne apenas tiene grasa puede resultar algo seca, por eso tradicionalmente se preparaba un pavo entero relleno y al horno, pero esta complicada forma de cocinarlo ha cedido a formas más simples y sanas de elaboración, como por ejemplo cortado en finas lonchas pasadas vuelta y vuelta por la plancha.