Una cancha de basket fue el escenario de uno de los platos fuertes de la tercera jornada: Givenchy. Obviamente, éste no fue elegido al azar. La nueva temporada está inspirada en dos de las obsesiones de Riccardo Tisci, el baloncesto (deporte que siempre ha practicado) y los grafismos de la Bauhaus. Las siluetas se vuelven oversize gracias a pantalones anchos y fluidos de estética sport, a llevar siempre con sneakers (protagonistas en la mayoría de los desfiles). Las líneas de la cancha están presentes en muchas de las prendas, desde camisas a sudaderas de neopreno, pasando por bombers y la parte superior de los pantalones. Detalles peludos en cuellos y estolas completan una colección de grandes volúmenes.
El hombre de Dior, firmado por Kris Van Assche, es todo lo contrario. Siluetas slim en una colección centrada en el traje corbata, en la que se abren paso los jeans, camisas en denim o parkas militares. El lujo más formal se combina con el streetwear más casual. Flores, topos y líneas decoran los trajes, y los abrigos se extienden más allá de las rodillas, llegando incluso al tobillo en el caso de las pieles deluxe.