Al fin se ha resuelto la batalla jurídica por el color naranja que tenían las compañías Orange y Jazztel desde el 2009. Todo empezó cuando Orange intentó registrar el cuadrado de color naranja en la Oficina Española de Patentes y Marcas, lo que significaba una exclusividad a la que Jazztel se opuso.
La sentencia del Tribunal Supremo da la razón a Jazztel, por considerar que el color naranja «no deja de ser uno más de los usuales en el mercado» y «debe quedar abierto a su uso por todos los operadores económicos». Además, considera que el cuadrado que lo encierra es también una forma geométrica normal.
Tal y como dice el fallo, «un color como el naranja —esto es, ni siquiera una combinación singular de colores— se asocia a una forma geométrica tan simple como un mero cuadrado, en vez de hacerlo a una forma específica que pueda dotarle de distintividad propia por su configuración especial o singular«.