El proceso metabólico no descansa y siempre está transformando nutrientes en energía o bien recurriendo a las reservas (aunque esto suponga destrucción de masa muscular) si la alimentación no es la adecuada y no la proporciona. La importancia de una dieta equilibrada resulta más que evidente si conocemos cómo funciona nuestro propio organismo.
Alteraciones del metabolismo
Aunque este complejo proceso tiene lugar a nivel celular y su correcto funcionamiento depende fundamentalmente de una buena alimentación y de una vida en la que la actividad física esté incluida, hay factores que pueden desencadenar trastornos metabólicos.
La glándula tiroides es clave. Un defecto o exceso de las hormonas tiroideas pueden provocar graves alteraciones que desemboquen en un ritmo excesivamente acelerado (hipertiroidismo) o por el contrario demasiado lento (hipotiroidismo).
El hígado, indispensable para que los alimentos digeridos pasen correctamente al caudal sanguíneo y el páncreas, esencial en la síntesis de los hidratos (insulina) son órganos vitales que influyen de manera directa en el proceso metabólico.