Por supuesto, los gustos personales serán los que establezcan los ingredientes de esa primera comida que siempre deberá aportarte: minerales, vitaminas, hidratos de carbono, proteínas y fibra… Un cóctel perfecto para ponerte en marcha con todas las garantías.
Entre los alimentos básicos que debes combinar cada mañana para que tu organismo funcione a la perfección, no pueden faltar:
- Lácteos. La leche y/o yogures son una de las principales fuentes de calcio y de vitaminas: grupo B, vitamina D y provitamina A.
- Cereales. La avena y otros cereales integrales proporcionan los hidratos de carbono complejos (de lenta absorción) que tu cuerpo y mente necesitan para evitar la fatiga y desarrollar la actividad diaria en plena forma.
- Proteína. Especialmente importante si incluyes en tu día a día una rutina de entreno. Huevos (revuelto, duro, escalfado, tortilla) y embutidos como la pechuga de pavo o de pollo son idóneos para poder hablar de un desayuno «completo».
- Fruta. Fibra, vitaminas, minerales y glucosa los tienes en: kiwis, piñas, naranjas… incluir una pieza de fruta en tu primera comida es sin duda una buena idea, sin olvidar los zumos, que pueden aportarte hidratación extra.
- Té o café. Sin abusar, una de estas dos bebidas en el desayuno, no solo resultan apetecibles sino que, además, la cafeína y la teína son dos sustancias estimulantes que tonifican cuerpo y mente y favorecen un agradable despertar.