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Implica a las personas. Es el gran punto de partida, involucrar a tu equipo para que crea en el objetivo que se debe alcanzar. Deberás comunicar y formar a tus empleados no solo para que puedan desempeñar su trabajo, también para que entiendan el propósito, el sentido y las lógicas del juego. Tus profesionales deben comprender el alcance de los objetivos depende de su trabajo.
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Crea objetivos accesibles y compartidos. Los miembros del equipo trabajan de modo más estimulante si tienen objetivos claros y comunes. Trata de establecer mecanismos gratificantes, tangibles e intangibles (como un simple gracias), para hacer converger los objetivos de los individuos con aquellos del equipo. Mantener siempre motivadas a las personas es fundamental, aunque también difícil, pero hará que tu equipo sea más competitivo.
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Genera confianza. Fiarte de tu equipo y que tu equipo se fíe de ti. Y para crear confianza, nada como una buena comunicación. Saber comunicar de un modo eficaz (explicar siempre el porqué de las cosas, en lugar del cómo), saber escuchar y crear contactos y lazos entre las personas. Ser líder significa saber construir una comunidad basada en la confianza y en el desarrollo.
- Genera responsabilidad. El líder eficiente no es aquel que lo hace todo solo, sino aquel que a través de su equipo llega a alcanzar los objetivos. Para ello, el líder delega en aquellos que cree son los mejores en su trabajo y les otorga una misión. Pero en su tarea no acaba el proceso. El equipo debe sentir que es responsable de todo lo que pase, nunca llegar a pensar que «no es mi problema si algo está yendo mal».