Esparta fue la cuna de una especie única de guerreros, los espartanos. Sus entrenamientos rozaban los límites de las capacidades físicas y mentales de todo ser humano. Su fortaleza se forjaba en los entrenamientos. Una dedicación plena con un único objetivo: transformarse en un guerrero único cada día, más desarrollado en cada combate y más rápido y fuerte en cada movimiento.
[pullquote]Sus entrenamientos rozaban los límites de las capacidades físicas y mentales de todo ser humano[/pullquote]Usaban su propio cuerpo como herramienta para el entrenamiento, y siempre mantenían una filosofía mental que explotaba todas y cada una de sus habilidades físicas.
Si te propones entrenar como un auténtico espartano deberás cumplir sus mandamientos:
- El esfuerzo será máximo, descansando lo menos posible tras cada ejercicio.
- El dolor y el sacrificio forman parte de la rutina del entrenamiento. Aprenderás a vivir con agujetas.
- Tu única herramienta será tu cuerpo. Sólo a través de él te curtirás en la sala de combate.
- Tu cuerpo es tu santuario. Entrenarás todo tu cuerpo cada día, en su totalidad. Entrenarás como un todo y los ejercicios que realizarás le comprometerán de pies a cabeza.
Los entrenamientos no durarán demasiado tiempo pero te exigirán el máximo. Nada de 3 series de 15 repeticiones de flexiones. Tonterías. Un verdadero guerrero es rápido, fuerte, resistente y explosivo. Combinarás todas las habilidades físicas y cada día te convertirás en un guerrero superior.