Un poco de historia
La presencia humana en las Cíes se remonta al año 3.500 a.C, según los descubrimientos que permitieron localizar yacimiento arqueológicos de aquella época. Sin embargo, los restos del primer asentamiento humano pertenecen a un castro de comienzos de la Edad de Hierro.
Ya en el Medioevo, las islas fueron el hogar de monjes de diferentes órdenes; los monasterios de San Estevo y de San Martiño, así como una fábrica de salazón, que posteriormente devino en restaurante, son muestras de aquella presencia.
La historia bélica antigua también tuvo a las Islas Cíes como protagonistas, que sirvieron de base de operaciones y planificación, tanto de piratas turcos y normandos, como de armadas invasoras, tal es el caso de la inglesa, que hostigaban constantemente con sus ataques a Vigo.
Pero los monjes no fueron los únicos habitantes estables que tuvieron las islas, ya que a mediados del siglo XIX, con la construcción del primer faro en las Cíes, un grupo de familias dedicadas a la pesca y a la ganadería caprina y ovina, se instaló en este atrapante entorno, en el que desarrollaron su actividad hasta la década de los 60 del pasado siglo cuando quedaron despobladas.