El uso del cinturón es bien frecuente durante la ejecución de algunos ejercicios en los gimnasios. Su función es provocar un estímulo en la zona lumbar y conseguir así una mayor estabilización lumbo-pélvica previniendo un mal soporte de cargas elevadas a ese nivel que pueden desencadenar lesiones.
El cinturón se suele utilizar en ejercicios que requieren de un buen control estabilizador del tronco para su correcta realización, como sucede en las sentadillas y en el peso muerto.
No obstante, no conviene abusar de herramientas que inhiben los propios mecanismos del cuerpo para un correcto gesto o movimiento. El uso frecuente de cinturones lumbares para entrenar reduce el trabajo de la musculatura abdominal profunda – tu cinturón fisiológico-.
Por ello, debes incluir en tu plan de entrenamiento ejercicios que estabilicen la zona lumbar y pélvica de forma continuada. Tu cinturón muscular está formado por los siguientes músculos: transverso del abdomen, recto anterior, oblicuos del abdomen, glúteos, multífidos, y paravertebrales.