No obstante, es vital mantener siempre una ingesta adecuada de este mineral, sobre todo para evitar enfermedades como la osteoporosis, pancreatitis, enfermedades cardiovasculares etc.
Los síntomas más típicos que podrían estar avisándote de una baja ingesta en calcio son los hormigueos y convulsiones. Su tratamiento se basará en aumentar el calcio en la dieta así como la vitamina D y fomentar el movimiento, aunque sea mínimo, ya que ésto hace que el calcio se fije al hueso.
El exceso de calcio en sangre, es decir, la hipercalcemia es poco frecuente, se da sobre todo en tumores o insuficiencia renal crónica. Las manifestaciones más comunes son a nivel neurológico e intestinal.
El calcio interacciona con algunos medicamentos, por lo que será necesario valorar si tomas algún fármaco que pueda reaccionar con este elemento. También se incluyen ciertos remedios medicinales.
Apuesta por el calcio, tus huesos te lo agradecerán.