La musculatura alojada a nivel del antebrazo te permite movilizar la muñeca y los dedos con una simultánea habilidad que comprende la destreza y la fuerza. Son músculos pequeños que no debes olvidar entrenar para gozar de una simetría necesaria y una estética inteligente.
Seguramente no te hayas apuntado al gimnasio para marcar tus antebrazos. La idea inicial de todo amateur comprende el deseo de un torso esculpido, o unos brazos de infarto. Sin embargo, si ya vas un tiempo entrenando es hora de aprender, evolucionar y seguir mejorando.
¿Por qué entrenar los antebrazos?
Una disimetría en la fuerza muscular puede pasarte factura y reducir tu nivel de entrenamiento por la falta de entrenamiento específico de alguna parte de tu cuerpo.
La musculatura del antebrazo participa de forma secundaria en numerosos ejercicios de tu plan de entrenamiento. Mantiene la muñeca recta en tus elevaciones de hombros con mancuerna y participa en el agarre fuerte de tus ejercicios de espalda, por ejemplo.