¿Y qué pasará si consumimos cantidades elevadas de ácido fólico? En principio y por lo que se sabe, absolutamente nada. Un exceso de esta vitamina hidrosoluble se eliminará por la orina, y no causará ningún tipo de ventaja ni inconveniente para nuestro organismo. En un sujeto sano que a priori no tenga un déficit de ácido fólico, suplementarse de forma desmesurada con este tipo de vitaminas no mejorará su estado de salud ni lo empeorará por su inexistente toxicidad.
Imagina un puzzle de 12 piezas. Lo llamaremos puzzle B, y a cada pieza B1, B2, B3… Una a una irán encajando en su respectivo orden. Tu finalidad es completar el puzzle y de repente te proporcionan tres piezas repetidas. Una vez acabado te darás cuenta que el puzzle es de 12 piezas, y que resultará inútil tener piezas repetidas. No sirven y terminarás por deshacerte de ellas. Son inútiles. Algo así sucede cuando a nuestro cuerpo le proporcionamos grandes cantidades de ácido fólico.