Deficiencias de ácido fólico
El contar con una gran variedad de alimentos que contengan cantidades importantes de vitamina B9, una flora intestinal capaz de crear el 50% de ácido fólico recomendado y un hígado preparado para su almacenaje, hace muy complicado una deficiencia de este micronutriente.
En algunos procesos culinarios se pueden perder grandes cantidades de ácido fólico, como es el caso de cocciones prolongadas, recalentamientos de alimentos o almacenaje a temperatura ambiente. Por ello, será aconsejable conservar los alimentos en un frigorífico y consumirlos en crudo o al vapor.
Cumplir con una dieta poco variada y no saludable, fumar y beber alcohol de forma habitual o sufrir algún trastorno digestivo –colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn…- hace más posible una carencia de ácido fólico, bien por una ingesta insuficiente o bien por una mala absorción a nivel intestinal.
Déficit y exceso de ácido fólico
La incapacidad por fabricar glóbulos rojos con normalidad provocará un cuadro anémico de cansancio, debilidad y malestar. Aparecerán trastornos digestivos e intestinales por la escasa formación de ácidos gástricos. Además, nuestro sistema estará más predispuesto a sufrir depresión, llagas y problemas cardiovasculares.