Se trata de llevar un kettlebell (o pesa rusa) en ambas manos —o solo en una lo que implica una mayor participación del core—, realizando una serie de movimientos: dando zancadas o simplemente caminando hacia delante y hacia atrás.
No parece nada del otro mundo, pero este ejercicio trabaja todos los músculos del cuerpo, «desde los glúteos hasta el bíceps», según el entrenador.
Para compaginar esta rutina, según Saladino, no es conveniente privarse de las comidas que nos encantan —en el caso de Harbour, las hamburguesas y el helado—, aunque sí que aconseja, más allá del capricho ocasional, consumir a diario productos orgánicos como los vegetales y la carne ecológica.
Fuente: El País