Esta postura de yoga, también conocida como “el barco”, es un buen alivio contra el síndrome de la tripa hinchada. “Trabaja tanto los abdominales superiores como los inferiores. A nivel de principiante, basta con apoyar el cuerpo sobre el glúteo y elevar las piernas dobladas por la rodilla. Los brazos se disponen estirados y paralelos al suelo. Si se quiere hacer un trabajo aún más profundo, se puede hacer extendiendo y encogiendo las piernas”, explica Murcia. Implica mucha concentración, control de la respiración y equilibrio. Es una postura de yoga ideal para endurecer todo el cuerpo.
6. Planchas con elevación de glúteos
Existen infinidad de variaciones sobre las planchas. En este caso, se trata de bascular el tronco para elevar ligeramente los glúteos. “Trabaja el abdominal y las lumbares. Es uno de los ejercicios más habituales cuando se trata de tonificar el core”, detalla Murcia, aunque advierte que no tiene ninguna utilidad subir el culo (hasta formar un ángulo de 90 grados) y bajarlo, porque se pierde la tensión abdominal.