El terremoto del día 26 de diciembre de 2004 destruyó el 30% de los arrecifes de Indonesia, aunque en algunas regiones concretas la destrucción llegó hasta el 75%, mientras que en otras quedaron intactos.
Los arrecifes no son los únicos ecosistemas perjudicados, pues los manglares, las zonas costeras, los humedales, los campos agrícolas y los bosques también pueden quedar arrasados. De todas formas, estos ecosistemas son un escudo natural de protección contra los tsunamis.
Además, debido a la gran cantidad de material que transportan los tsunamis, la superficie terrestre queda cubierta de residuos, entre los cuales puede haber materiales peligrosos o tóxicos o aguas residuales. Además, la penetración de agua salada saliniza los ríos, los lagos y otros ecosistemas acuáticos terrestres.
Ahora ya sabes que, cuando se produce un tsunami, además de las víctimas mortales y de los destrozos de edificios, el medio ambiente también queda perjudicado.
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