Dos poderosos efectos de hacer deporte con el estómago vacío

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Es usted de los que entrena con el estómago lleno o vacío? Puede parecer una nimiedad, pero se han vertido casi tantos ríos de tinta a favor y en contra como con la tortilla de patatas con o sin cebolla. Tampoco se trata de someterse a una hambruna voraz. Simplemente, de plantearse algún día hacer deporte en ayunas. Según su principal valedor, Brad Pilon, un nutricionista canadiense especializado en crear dietas para culturistas y autor del libro Eat Stop Eat (Come Para Come), “el ayuno a corto plazo tiene evidentes beneficios metabólicos”. Estas son las ventajas vinculadas con las hormonas que los estudios publicados hasta el momento ponen de manifiesto. Una advertencia: tómeselas con cautela, pues aunque abren una vía de investigación interesante, según los fisiólogos consultados hacen falta análisis más amplios para unos resultados concluyentes.

1. «El deporte en ayunas mejora la sensibilidad a la insulina»

Es la tesis del neurocientífico Mark Mattson, de la Universidad de Johns Hopkins (Baltimore, EE UU): el cuerpo segrega insulina en respuesta a una comida, pero esta hormona de almacenamiento funciona mejor (regula el metabolismo y da esquinazo a la diabetes), cuando ayunamos durante unas horas e ingerimos algo después. Dado que entre sus funciones está también la mejora de la irrigación sanguínea a los músculos, si optimizamos su trabajo (yendo al gimnasio con el estómago vacío y tomando algo al salir), lograremos mejores resultados. “El ejercicio en ayuno nocturno (sin desayunar) estimula la lipólisis y la oxidación de grasa periférica [quema de grasas durante e inmediatamente después del ejercicio]. Asimismo, aumenta la descomposición de los lípidos intramusculares en las fibras tipo I, así como la degradación del glucógeno de las fibras IIa, comparado con un ejercicio similar realizado sin ayuno [más trabajo muscular]. Hay estudios que evidencian que la abstinencia de comida es una estrategia útil para estimular adaptaciones fisiológicas en el músculo que eventualmente pueden contribuir a mejorar el rendimiento del ejercicio de resistencia”, sentencia Margarita Pérez, catedrática de Fisiología del Ejercicio en la Universidad Europea.

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