Si seguimos una dieta demasiada restringida en calorías, vamos a salirnos de ese punto de ajuste donde se mueve nuestro hipotálamo y las alarmas saltarán respondiendo con una fuerte resistencia, ya que el rango de regulación original se ve alterado, y sino conseguimos controlar esta variación es cuando aparecerá el temible efecto rebote.
Conexión leptina-hipotálamo
Dentro de este adipostato o sistema de regulación, entra en juego otro concepto, además del hipotálamo, del que ya hemos hablado en ocasiones, la leptina: hormona segregada por la grasa e indicadora para el hipotálamo de la cantidad de energía disponible en nuestro cuerpo.
Una parte del adipostato viene marcada genéticamente, pero la otra puede ser modificada.
La leptina podríamos decir que es la encargada de mandar la información y el hipotálamo de responder, de modo que si el informe de niveles de grasa enviado es muy bajo, la respuesta es el apetito y la consiguiente regulación del metabolismo para no gastar demasiada energía, es decir, se relentiza el mecanismo interno.