Woodstock 69 es recordado con distintas perspectivas y su leyenda continúa gracias a esa verdad distorsionada, pero que preferimos ignorar. Las secuelas violentas del 94 y 99 podríamos considerarlos similares al original, pero por primera vez las generaciones más antiguas tuvieron razón. La humanidad y calma que vista en 69 que unió a los jóvenes en una sola idea de cambio revolucionario mediante la música es irrepetible, algo que los libros de historia no pueden cambiar.
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Fuente: Cultura Colectiva