Directo al ‘punto C’

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La zona clitoreidal es extremadamente sensible, por lo que es esencial tocarla con la mayor delicadeza posible. Lo mejor es empezar con un primer calentamiento más suave. Haz un movimiento de tijera con los dedos extendidos, masajeando ambos lados de la vagina. Los labios menores acariciarán el cuerpo del clítoris de manera indirecta.

Después de haber calentado la zona, también con movimientos hacia arriba y abajo del interior de la vagina, puedes pasar a una estimulación más directa. Basta con ligeros toques seguidos por encima del capuchón, como si estuvieras presionando el teclado de tu PC. Puedes empezar suavemente e ir aumentando la presión hasta encontrar su punto débil, pero piensa que un gesto demasiado brusco puede provocar bastante dolor.

Una vez el glande está erecto, tócalo haciendo pequeños círculos, siempre delicadamente. Puedes tocarlo con el pulgar y a la vez jugar con tus otros dedos en el interior de la vagina. Si seguís con los preliminares y optáis por el sexo oral, puedes probar a tocarlo con la punta de tu lengua.

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