10 destinos baratos para viajar por Europa

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Europa es un continente infinito. La historia y la modernidad conviven como en ningún otro rincón del planeta. Resulta increíble que tantas lenguas y culturas puedan coexistir en un espacio tan pequeño, sin embargo, esta es precisamente su magia. Actualmente, existen varias aerolíneas que ofrecen vuelos a precios muy bajos pero, ¿y el alojamiento? Hay varias ciudades de Europa donde dormir es mucho más asequible de lo que podrías pensar. Aquí te desglosamos los 10 destinos europeos más baratos para viajar por el viejo continente.

1. San Petersburgo

Con más de 5 millones de habitantes, San Petersburgo es la segunda ciudad más poblada de Rusia. Su historia se remonta al año 1703, cuando el zar Pedro el Grande decidió convertirla en la capital del Imperio ruso, estatus que se alargó por más de 200 años. Esta preciosa ciudad ha sido también escenario de las dos Guerras Mundiales, sin embargo su belleza ha persistido y, de hecho, el espectacular centro de la ciudad es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. No puedes dejar de visitar el Museo del Hermitage, el Palacio de Invierno, La Iglesia del Cristo Salvador de la Sangre Derramada, la Avenida Nevski o el Convento Smolny, entre otros tantos monumentos que te harán alucinar.

2. Sofía

Sofía es una ciudad donde la historia se respira en cada rincón, ya que hace más de 2.800 años que comenzaron los primeros asentamientos. Situada en el corazón de los Balcanes, es un excelente punto de partida para conocer Europa del este. La influencia rusa se puede apreciar en todos los rincones, principalmente en las iglesias ortodoxas construidas al estilo moscovita. El pasado comunista de Sofía se aprecia en la estética de los edificios que moldean a la ciudad. Probablemente, el más representativo sea la Catedral de Alejandro Nevski, construida a finales del s. XIX y cuya galería de arte alberga una colección de pinturas impresionante.

3. Belgrado

Probablemente Belgrado no sea la ciudad más bonita de la lista, sin embargo, no hay duda de que es vibrante y está llena de vida. Es perfecta para descubrir tendencias culturales y apreciar el increíble resurgimiento de una ciudad que hace no muchos años fuera castigada por la guerra. Actualmente, muchos la consideran como la nueva Berlín debido a la efervescencia creativa que se vive en la urbe balcánica. Belgrado es el destino perfecto para aquellos que quieran salir de fiesta, ya que la vida nocturna de la ciudad es de las más animadas que se puedan encontrar en la actualidad.

4. Sarajevo

Conocida como la “Jerusalén de Europa” debido a la gran cantidad de religiones que conviven en ella desde hace siglos, Sarajevo ha resurgido de las cenizas como una ciudad en la que la cultura se respira a cada paso. Actualmente es un rincón intrigante y cosmopolita y cuenta con todos los servicios para hacer de tus vacaciones una experiencia sinigual. No dejes de visitar La fuente Sebilj, la Mezquita Gazi Husrev Bey, la Catedral Ortodoxa o el Museo del Túnel de Sarajevo, construido durante el Sitio de Sarajevo en los años 90 y que fue utilizado para huir de los bombardeos.

5. Riga

Riga, apodada la “París del norte”, además de ser la capital de Letonia, es la ciudad con mayor población de los estados bálticos, ya que más de una tercera parte de los letones viven en ella. Su impresionante centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Si eres un apasionado de la arquitectura Art Nouveau, entonces Riga es un destino obligado. Actualmente, la ciudad se ha desligado con bastante éxito de su pasado soviético, ya que la remodelación de edificios y el estilo de vida de sus habitantes se encuentra bastante alejado de lo que fue durante la Unión Soviética.

6. Bucarest

Lo más destacado de Bucarest es, sin duda alguna, su arquitectura, en la que se mezclan los estilos neoclásico, Bauhaus, Art Decó, comunista y moderno para moldear a una ciudad antigua y fascinante. Resulta imprescindible hacer una visita al Palacio del Parlamento Rumano, considerando como el edificio civil administrativo más grande del mundo -cubre un área de 340.000 m²- y el segundo de mayor tamaño, después de El Pentágono, en Estados Unidos. Además de visitar esta impresionante urbe, no dejes de hacer una excursión a la región de Transilvania y visitar el Castillo de Drácula.

7. Cracovia

La antigua capital de Polonia, situada a orillas del río Vístula, cuenta con un casco antiguo exquisito que ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1978. Actualmente, Cracovia sigue siendo el epicentro del arte y la cultura polaca y desde aquí se puede acceder fácilmente a lugares tan interesantes como el campo de concentración de Auschwitz o las minas de sal de Wieliczka. No te puedes perder la Plaza del Mercado, construida a mediados del siglo XIII y que es considerada como la más grande de Europa.

8. Liubliana

Eslovenia es un país simplemente alucinante. El paisaje, repleto de bosques y montañas coronadas por castillos, tiene un aura de misticismo difícil de explicar. Como no podía ser de otra forma, su capital representa todas las maravillas del lugar. La ubicación de esta maravillosa ciudad permite realizar esquí en los Alpes por la mañana para después bañarse en el mar Adriático por la tarde. ¿De cuántos lugares se puede decir esto? Después de recorrer sus preciosas calles adoquinadas, no dejes de visitar al Dragón de Liubliana que habita en la torre del castillo.

9. Tallin

Tallin es una preciosa ciudad medieval amurallada que parece extraída de un cuento de hadas. ¿Sabías que la leyenda dice que aquí se instaló el primer árbol de Navidad de la historia en el siglo XV? Además de todo esto, Tallin es una ciudad que se ha modernizado como ninguna en los últimos años. De hecho, podrás encontrar cobertura de WiFi gratuito en prácticamente toda la ciudad y en buena parte de los bosques del país.

10. Lyon

Situada en el este de Francia, Lyon es la tercera ciudad más poblada del país y la segunda ciudad universitaria, lo que hace que su población sea mayoritariamente joven y gracias a ello la diversión está asegurada. Desde aquí podrás observar el macizo del Mont Blanc y admirar la belleza de los ríos Ródano y Saona. No te olvides de visitar el barrio bohemio de la Croix-Rousse y descubre los traboules (pasajes que atraviesan los patios interiores de varios edificios) que eran utilizados durante la época del comercio de seda.

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