Para llegar a tales conclusiones, los expertos dividieron a los varones en dos grupos, después de determinar sus niveles de testosterona e interés sexual. Un grupo fue expuesto regularmente a un recinto que emitía 10.000 lux de luz (equivalente a la luz diurna) desde una distancia de un metro. El otro, fue expuesto a 100 lux (equivalente a la luz de un día nublado muy oscuro. Todos los individuos utilizaron la misma ‘caja’ de luz durante 30 minutos, todos lo días de 7 a 8 de la mañana, durante dos semanas.
La investigación ha demostrado que los hombres expuestos a luz brillante triplicaron sus niveles de testosterona, aumentando así su deseo sexual
Una vez completados los 15 días, los investigadores hicieron una serie de preguntas a los hombres. Aquellos que habían sido expuestos a luz brillante informaron de que sus niveles de satisfacción sexual eran tres veces más altos que al comienzo del tratamiento. En el otro grupo no hubo ningún cambio significativo. «Antes del tratamiento, ambos grupos promediaron una puntuación de satisfacción sexual de 2/10, pero después del tratamiento el grupo expuesto a la luz brillante anotó un 6,3/10; mientras que el expuesto a luz oscura la puntuó en 2,7/10», dijo el profesor Andrea Fagiolini, director del estudio.