El 15 de mayo dará comienzo el Festival de Cannes, el certamen cinematográfico más importante del mundo. En esta 66ª edición del festival, la ciudad francesa acogerá a unos 35.000 profesionales del cine de todo el mundo, entre ellos Audrey Tautou (la anfitriona de ceremonias), Steven Spielberg (presidente del jurado) o Leonardo DiCaprio.
Durante nueve días, Cannes se convierte en el objetivo de todas las cámaras, pero la ciudad es más que solo un festival. Alberga una gran cantidad de eventos culturales a lo largo del año (como el Festival de Arte Pirotécnico) y está catalogada, al igual que otras ciudades de la Costa Azul, como destino VIP.
En Cannes se respira glamour. Toda la Croisette está plagada de escaparates de grandes marcas, majestuosos palacios de época y locales exclusivos, donde más de una vez podrás encontrarte con alguna celebrity. Yates colosales y playas privadas se unen a esta ostentación del dinero tan característica de la ciudad.
Muy recomendada la visita a las Islas Lerins, a pocos kilómetros de la costa, a las que se puede acceder en barco desde Cannes. Un archipiélago tranquilo y con encanto, donde refugiarse del ajetreo y el lujo cannois gracias a la naturaleza y a sus calas de aguas tranquilas y claras.
A poco más de 30 kilómetros, la ciudad de Niza se presenta como un gran destino turístico, capaz de satisfacer todas nuestras necesidades. De hecho, es la segunda ciudad de Francia más visitada, después de París. Ofrece una vida social activa, con muchos cafés, restaurantes y locales nocturnos, combinados con museos de arte (como el Matisse), restos arqueológicos y un precioso casco antiguo.
Su arquitectura Belle Époque y su encanto retro, unido a su clima suave y a su maravillosa costa de aguas cristalinas, hacen las delicias de los turistas que visitan Niza durante todo el año. El Promenade des Anglais es el paseo más famoso de la Costa Azul, un ambiente único repleto de hermosos edificios antiguos, arcos y pequeñas plazas que dan a la bahía.
Otro de los destinos VIP de la costa azul es la ciudad de Saint-Tropez, mucho más pequeña pero no menos bonita. Una ciudad pintada de tonos pastel, que van desde el rosa palo o el naranja hasta el rojo más vivo. Por supuesto, rodeada de bellísimas playas de un azul intenso.
Más allá de la vida nocturna que ofrecen sus innumerables bares y restaurantes, Saint Tropez respira romanticismo. Indispensable ver la Maison des papillons, un museo dedicado a las mariposas; la Ponche, el antiguo barrio de pescadores, que aún conserva un encanto especial; o la Iglesia de Saint Tropez y la Capilla de la Misericordia, los principales monumentos de la ciudad.
El Principado de Mónaco también reúne la perfección y elegancia que tanto caracterizan a la Costa Azul. Una mezcla perfecta de un moderno sky line a base de rascacielos, jardines cuidados al detalle y preciosas calles llenas de lujosos palacios. Todo el lujo que Mónaco desprende llega a su cumbre durante el Gran Premio de Fórmula 1, que transcurre por las calles de la ciudad.
Algunos rincones que visitar obligatoriamente son: el Rocher, la ciudad antigua situada en el acantilado, a la que se accede por ascensor; la Catedral, donde está enterrada toda la familia real monegasca, incluyendo la eterna Grace Kelly; o el Palais Princier, la residencia del Príncipe Alberto, uno de los principales atractivos de la ciudad, sobre todo durante el cambio de guardia (todos los días a las 11.55 horas).