“Descanso activo” no significa detenerse por completo, sino detenerse para coger más fuerza. Por lo general, significa cambiar a pesos que son aproximadamente la mitad de lo que normalmente levantas y reducir el volumen de entrenamiento a la mitad. Sentirás que tu entrenamiento es increíblemente fácil comparado con lo anterior, pero ese es el punto que se busca. El cuerpo humano no puede soportar tanto estrés, y tan continuado en el tiempo. Sin una interrupción en la intensidad, te agotarás, fatigarás a tu cuerpo más allá de su capacidad de recuperación e incluso corres el riesgo de lesionarte.
Cómo aprovechar un descanso activo
Cambia tu rutina cardiovascular. Si eres de esos que pasan entre 40 y 50 minutos entre la máquina de correr, la elíptica o la bicicleta, quizá sea hora de practicar el HIIT y ver cómo te funciona. Por el contrario, y como hemos comentado anteriormente, también puedes reducir tu actividad sin detenerte.