Decir el nombre de tu pareja (no un apodo) puede mejorar la intimidad también. «Nuestro nombre está profundamente incrustado en el cerebro, y lo asociamos a la cercanía y a la confianza; por lo que evocar este sentimiento en la cama puede producir un vínculo más profundo entre ambos», apunta Tatkin.
4) «Mi pareja odia el sexo oral»
Si te gusta dar y recibir sexo oral, pero tu pareja no comparte este entusiasmo, puede ser un problema difícil de solucionar. Los expertos recomiendan hacer que al otro le empiece a apetecer realizar esta práctica poniéndole las cosas fáciles. Es decir, si le molesta el olor que desprende zona genital, date una ducha antes o prueba con geles o lubricantes que lo disimulen.
Experimentar con los alimentos puede también ayudar. Trata de poner nata o salsa de chocolate en el pene o el exterior de la vagina. Ambos pueden sentirse más cómodos con el sexo oral cuando se agregan más sabores y olores a la mezcla.
5) «Tuvimos un bebé»
Muchas parejas mantienen una vida sexual plena hasta que deciden formar una familia. Llega entonces el embarazo, la cuarentena y, después, los retoños, que no es un factor que despierte la pasión sexual.
No es fácil arreglar esto, pero hay que tener claro que la pareja tiene que estar por delante de la relación con nuestros hijos. Al fin y al cabo, del bienestar de la pareja depende en primera instancia el familiar. Todo esto no quiere decir que se deba abandonar a los niños, pero sí reservar espacios para disfrutar de la pareja sin estar pensando en ellos. Pista: abuelos, cuidadoras, campamentos, actividades extraescolares…